Las
Tunas es una provincia conocida por la décima y el verso improvisado, pero
muchos la distinguen por sus esculturas a gran y mediana escalas, mas, otros la
conocen por ser aquilatada en su historia y tener la única Plaza Martiana con calendario
solar.
De paso obligado para transeúntes y visitantes resulta
este trascendental lugar que constituye una de las instituciones de
mayor connotación en el territorio, 690 kilómetros de La Habana, en la cual se relacionan hechos inobjetables que vinculan la historia,
la cultura y la identidad de Las Tunas,
al evocar la prestigiosa figura de José
Martí Pérez.
Ubicada
al frente del Teatro
Tunas se erige emblemática y abierta a quien desee mirarla, caminarla y
tocarla, esta obra en la que confluye la Astronomía, la Arquitectura solar conmemorativa y ambiental, con la Historia.
Por el ingenio de Domingo Alás Rosell, su creador, hoy se
constata una perfecta simbiosis del Astro rey y la figura de José Martí,
en una monumental obra de orgullo para todos los tuneros, que se distingue por
tres componentes esenciales: un reflector solar convertivo, un calendario y un
reloj solar de 7,20 metros de diámetro, que orientado en la dirección norte-sur
geográfica, paralelo al eje de rotación de la Tierra, define la hora con precisión cada cinco
minutos exactamente.
Unido al movimiento de la sombra funciona el calendario,
que dibujado en el piso describe en la superficie del suelo una serie de líneas
coincidentes en las que sobresalen fechas históricas y astronómicas, como el nacimiento
y la muerte del llamado Apóstol de la
independencia de Cuba, los solsticios de verano e invierno, y los
equinoccios de primavera y otoño.
Otra característica de la ingeniosidad de Alás Rosell en
la construcción de esta colosal obra constituye el reflector, un espejo plano
situado en la cabeza de un pedestal, que proyecta un haz de luz en el rostro de
José Martí, en el que cada 19 de mayo a las 2:30 de la tarde, hora de su muerte,
refleja la luz solar sobre su mascarilla, esculpida en bronce por la
prestigiosa escultora Rita Longa.
Otros símbolos arquitectónicos componen esta pieza
arquitectónica y que plasmados en un mural muestran mediante un monumento el
lugar exacto donde cayó en combate durante la última toma de Las Tunas, el
Teniente Coronel Ángel de la
Guardia Bello, único testigo presencial de la muerte de Martí
en Dos Ríos, el 19 de mayo de 1895.
La Plaza Martiana, inaugurada
el 25 de Marzo de 1995 en ocasión de conmemorarse el Centenario de la firma del
Manifiesto
de Montecristi, tiene otros símbolos en su estructura: palmas, dos
asientos en forma cilíndrica con una abertura que ofrece la idea de bastiones
españoles tomados, y un mural en el que aparecen fuego, humo, tropel de
caballos y columnas inclinadas con códigos arquitectónicos actuales, ofreciendo
la idea de que se levantan para la nueva ciudad.
En el centro histórico de Las Tunas cada día al amanecer los
habitantes de esta ciudad cumplen desde entonces, por el caudal de
información científica que acaudala y los valores culturales, el precepto martiano de que…”Si hay algo sagrado en cuanto alumbra el Sol, son
los intereses patrios”.
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