El 19 de
mayo de 1895, muere en Dos Ríos un hombre dotado de deslumbrantes
facultades oratorias y sensibilidad poética: José Julián Martí Pérez,
heredero de un pensamiento político revolucionario fomentado por la
experiencia de sus años de vida en distintos países de la América
Latina.
“El escultor construye como construye la naturaleza: masas rudas primero, y acabadas luego…” así plasmó José Martí uno de sus pensamientos que en la provincia de Las Tunas
permanece entre los transeúntes día tras día, concretado en la céntrica
Plaza Martiana, obra del reconocido escultor Domingo Alás Rosell, quien
en un trascendental lugar relaciona hechos inobjetables que vinculan la
historia, la cultura y la identidad de Las Tunas, al evocar la figura
del Apóstol de Cuba.
En
la monumental obra confluye un profundo estudio astronómico,
arquitectónico e histórico, que se distingue por tres componentes
esenciales: un reflector solar convertivo, un calendario y un reloj
solar de 7,20 metros de diámetro, que orientado en la dirección
norte-sur geográfica, paralelo al eje de rotación de la tierra, define
la hora con precisión cada cinco minutos exactamente.
Asociado al
movimiento de la sombra funciona el calendario solar, que dibujado en
el piso describe en la superficie del suelo una serie de líneas
coincidentes en las que se destacan fechas históricas y astronómicas
como el natalicio y la muerte del Apóstol, y los solsticios de verano e
invierno y los equinoccios de primavera y otoño.
El reflector es
un espejo plano situado en la cabeza de un pedestal, que proyecta la luz
del sol en el rostro de José Martí esculpido en bronce por la
prestigiosa escultora cubana Rita Longa.
Este
componente está situado astronómicamente según las coordenadas solares
(acimut y altura solar) para que cada 19 de mayo a las 2:30 de la tarde,
hora de la muerte de Martí, se refleje la luz solar sobre su
mascarilla.
La Plaza Martiana,
está compuesta por otros símbolos arquitectónicos actuales plasmados en
un mural, y un monumento en el lugar exacto donde cayó en combate, en
esta ciudad, el Teniente Coronel Ángel de la Guardia Bello, único
testigo presencial de la caída del Héroe Nacional de Cuba, en su primer enfrentamiento armado contra las huestes enemigas.
Hoy
se congregarán, como cada 19 de mayo, en este sitio de obligado paso en
la ciudad capital de la provincia de Las Tunas niños, jóvenes y pueblo
en general, para testimoniar su homenaje a José Martí con ofrendas
florales y actos culturales en los que se recuerda la obra de quien
plasmó con su propia pluma…”La muerte no es verdad cuando se ha cumplido bien la obra de la vida…”
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