"Vibra lo
que sale del alma y con el alma se paga"
José Martí
José Martí
Escuche declaraciones de Ramón Batista, director de la Casa Iberoamericana de la Décima |
En Las Tunas existe una especial delectación por esa expresión estética en su estructura oral e improvisada, a la que contribuye la Casa Iberoamericana de la Décima Juan Cristóbal Nápoles Fajardo (El Cucalambé), que propicia en su experiencia el trabajo con niños y adolescentes desde su surgimiento el 20 de diciembre de 1993, con acciones de superación de forma sistemática que hoy permiten hablar de peñas, canturías o guateques exponentes de la cultura campesina como manifestación de cubanía.
Papeles, retratos y variada colección literaria rodean a Ramón Batista López, director de ese centro cultural, que se destaca en la Isla como sede bienal del Coloquio Iberoamericano de la Décima y el Verso Improvisado, al que acuden estudiosos del género que adquiere venturosa densidad gracias al trabajo de un colectivo de amantes de la décima.
Talleres de repentismo: un espacio sensible de comunicación de los infantes en Las Tunas
“Los talleres de repentismo infantiles y su incorporación como un proyecto de la Casa, tienen incluso un antecedente antes de generalizarse el proyecto nacional de Alexis Díaz Pimienta sobre su investigación de Teoría de la Improvisación, que se generaliza a partir de la creación de la Cátedra en el Instituto Superior de Arte y del Centro Iberoamericano de la Décima, de La Habana hace unos 10 años.
“Para esa época, ya la Casa Iberoamericana de Las Tunas atendía la enseñanza de la música campesina a niños, en el afán de la instrucción de las tonadas, de inquirir la manera de la improvisación pues Las Tunas tiene un déficit de improvisadores, tiene un potencial enorme la decima escrita no así en la improvisación, por ello se imponía como necesidad imperiosa el trabajo con los niños.
“Inicialmente hicimos los encuentros con el Centro de Superación para
la Cultura, luego en la Escuela Vocacional de Arte de Las Tunas, con la
colaboración de profesores como Emiliano Sardiñas fundador de estos talleres, y
con niños de las provincias de Matanzas y La Habana, que hoy son verdaderos en
el país. Tras esta primera etapa se generaliza en el diseño de las jornadas
cucalambeanas y así comienzan las actividades infantiles como la Canturía
Colorín para los niños, y adolescentes", detalla en su diálogo mientras exhibe varios reconocimientos que avalan los aportes del centro a la cultura cubana.
“Como proyecto nacional en el año 2000, la provincia de Las Tunas potencia este sistema, que ya tenía un antecedente desde 1997-1998, y en esta ocasión se hace extensivo a los municipios, territorios que abrieron hasta dos proyectos de este tipo como Puerto Padre y Colombia, y que posibilitó que fuese Las Tunas la única provincia con más de un taller por municipio como excepción.
“La primera etapa era una iniciativa local de la Casa Iberoamericana de Las Tunas, invitábamos a niños de otras provincias que tenían más experiencias porque en la provincia no despuntaban niños improvisadores, más sin embargo de esos primeros niños surgió Alejandrito Ceballos que fue a Venezuela en el 2006 con una delegación artística nacional en reconocimiento a lo que se realizaba en Las Tunas.
“El proyecto de los Talleres de repentismo en los municipios tuvo tan buena acogida, se potenció el trabajo con grabadoras y materiales didácticos y eso favoreció a que la provincia tuviese más de 200 niños afiliados a estos Talleres a partir del año 2000”.
Sobre el compromiso creativo de la Casa Iberoamericana en la ponderación de esta estrofa con diversidad en sus tonadas.
“Las Tunas es privilegiada por contar con esta sede cultural, institución que otras provincias no tienen pues lo hacen mediante las Casas de Cultura, es catalogada como la provincia con más coherencia y resultados en este proyecto”, refiere mi entrevistado que ha dedicado gran parte de su vida al desarrollo cultural de Las Tunas.
“Nos propusimo otros retos, incorporamos un nuevo proyecto de la Casa a ese inicial, que solo instrumentaba el repentismo con poetas e improvisadores, y en esta ocasión le incorporamos profesores decimistas, escritores y un músico, para trabajar además con la métrica y la entonación, un trabajo más uniforme con la actual literatura, como bien refería María Teresa Linares y el Indio Naborí que no debe descuidarse la parte musical porque un niño que improvise y sea desafinado ya no tiene una carrera final.
“Este nuevo programa se ha potenciado grandemente con la consolidación de este proyecto que une la enseñanza de las tonadas, pues en Cuba existen más de 400 tonadas, pero la mayoría de los improvisadores cantan por una o dos, porque se acomodan a ellas”.
Cúspide de un trabajo creativo
La consolidación de la labor como entidad cultural, que rinde homenaje al máximo exponente de la poesía bucólica del siglo XIX en Cuba, Juan Cristóbal Nápoles Fajardo , (El Cucalambé), permite hablar hoy de un descubrimiento creativo e intenso que se expresa en el funcionamiento de la Compañía La Monedita, que dirige Juan Manuel Herrera.
“Orgullo es lo que se siente con la compañía La monedita, ese grupo integrado por niños y jóvenes que ya dominan hasta 15 formas de canto. Todo ello demuestra que el proyecto ha adquirido una dimensión mayor por los más de 15 años que hemos trabajado que nos permite hablar de verdaderos Talleres de Repentismo y Tonadas en Niños y Jóvenes.
“El canto poético en la música campesina ha mejorado a partir de estos proyectos, ya tenemos jóvenes que son verdaderos cantores, con una belleza enorme en la interpretación poética de la música campesina, la guajira, y en las diversas interpretaciones poéticas de la décima.
“Como proyecto nacional en el año 2000, la provincia de Las Tunas potencia este sistema, que ya tenía un antecedente desde 1997-1998, y en esta ocasión se hace extensivo a los municipios, territorios que abrieron hasta dos proyectos de este tipo como Puerto Padre y Colombia, y que posibilitó que fuese Las Tunas la única provincia con más de un taller por municipio como excepción.
“La primera etapa era una iniciativa local de la Casa Iberoamericana de Las Tunas, invitábamos a niños de otras provincias que tenían más experiencias porque en la provincia no despuntaban niños improvisadores, más sin embargo de esos primeros niños surgió Alejandrito Ceballos que fue a Venezuela en el 2006 con una delegación artística nacional en reconocimiento a lo que se realizaba en Las Tunas.
“El proyecto de los Talleres de repentismo en los municipios tuvo tan buena acogida, se potenció el trabajo con grabadoras y materiales didácticos y eso favoreció a que la provincia tuviese más de 200 niños afiliados a estos Talleres a partir del año 2000”.
Sobre el compromiso creativo de la Casa Iberoamericana en la ponderación de esta estrofa con diversidad en sus tonadas.
“Las Tunas es privilegiada por contar con esta sede cultural, institución que otras provincias no tienen pues lo hacen mediante las Casas de Cultura, es catalogada como la provincia con más coherencia y resultados en este proyecto”, refiere mi entrevistado que ha dedicado gran parte de su vida al desarrollo cultural de Las Tunas.
“Nos propusimo otros retos, incorporamos un nuevo proyecto de la Casa a ese inicial, que solo instrumentaba el repentismo con poetas e improvisadores, y en esta ocasión le incorporamos profesores decimistas, escritores y un músico, para trabajar además con la métrica y la entonación, un trabajo más uniforme con la actual literatura, como bien refería María Teresa Linares y el Indio Naborí que no debe descuidarse la parte musical porque un niño que improvise y sea desafinado ya no tiene una carrera final.
“Este nuevo programa se ha potenciado grandemente con la consolidación de este proyecto que une la enseñanza de las tonadas, pues en Cuba existen más de 400 tonadas, pero la mayoría de los improvisadores cantan por una o dos, porque se acomodan a ellas”.
Cúspide de un trabajo creativo
La consolidación de la labor como entidad cultural, que rinde homenaje al máximo exponente de la poesía bucólica del siglo XIX en Cuba, Juan Cristóbal Nápoles Fajardo , (El Cucalambé), permite hablar hoy de un descubrimiento creativo e intenso que se expresa en el funcionamiento de la Compañía La Monedita, que dirige Juan Manuel Herrera.
“Orgullo es lo que se siente con la compañía La monedita, ese grupo integrado por niños y jóvenes que ya dominan hasta 15 formas de canto. Todo ello demuestra que el proyecto ha adquirido una dimensión mayor por los más de 15 años que hemos trabajado que nos permite hablar de verdaderos Talleres de Repentismo y Tonadas en Niños y Jóvenes.
“El canto poético en la música campesina ha mejorado a partir de estos proyectos, ya tenemos jóvenes que son verdaderos cantores, con una belleza enorme en la interpretación poética de la música campesina, la guajira, y en las diversas interpretaciones poéticas de la décima.
“En Cuba existen más de 400 tonadas, formas de
canto que abarcan la región occidental, central, y la que menos tonadas tiene
es la zona oriental porque es la que menos improvisadores ha tenido en la
historia de la improvisación en Cuba.
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“Se impone ya una nueva etapa de combinar las tonadas y la enseñanza
de instrumentos, y de fortaleza del punto cubano, para lo cual hemos
incorporado hace dos años un curso para el acompañamiento del punto con
instrumentos como el Tres, el Laúd y la
guitarra, que apoyaría el trabajo de la enseñanza de las tonadas, para las
jornadas cucalambeanas de base en los ocho municipios".
Estas iniciativas se desarrollan a través del Centro de Superación para la cultura y el sistema de Casas de Cultura, por su vinculo con los Instructores de Arte, de la Brigada José Martí y los adscritos a esa institución pues ellos son los impulsores de las hornadas del arte en la comunidad.
“Las Tunas, provincia que a pesar de ser la cuna de la Jornada Cucalambeana, tiene tres grupos profesionales campesinos, por eso no preocupamos, tenemos el reto de defender la identidad y nuestras raíces, por que sino en unos años no solamente no aparecerían improvisadores sino que no tendríamos tampoco instrumentistas”, asevera Batista.
El reconocimiento a nivel nacional en la atención al repentismo joven y de niños, y su presencia en certámenes como la Jornada Cucalambeana, en la Jornada Iberoamericana de niños y jóvenes poetas troveros y versoadores, evidencia en el territorio una marcada labor de la Casa Iberoamericana de Las Tunas, presente en sus ediciones del 2009, 2010 y 2013, que muestra en total desenfado a la décima como alma abierta de cubanía.
Estas iniciativas se desarrollan a través del Centro de Superación para la cultura y el sistema de Casas de Cultura, por su vinculo con los Instructores de Arte, de la Brigada José Martí y los adscritos a esa institución pues ellos son los impulsores de las hornadas del arte en la comunidad.
“Las Tunas, provincia que a pesar de ser la cuna de la Jornada Cucalambeana, tiene tres grupos profesionales campesinos, por eso no preocupamos, tenemos el reto de defender la identidad y nuestras raíces, por que sino en unos años no solamente no aparecerían improvisadores sino que no tendríamos tampoco instrumentistas”, asevera Batista.
El reconocimiento a nivel nacional en la atención al repentismo joven y de niños, y su presencia en certámenes como la Jornada Cucalambeana, en la Jornada Iberoamericana de niños y jóvenes poetas troveros y versoadores, evidencia en el territorio una marcada labor de la Casa Iberoamericana de Las Tunas, presente en sus ediciones del 2009, 2010 y 2013, que muestra en total desenfado a la décima como alma abierta de cubanía.
“La décima de Cuba influyó en el devenir de la
espinela y en Las Tunas alcanza un matiz
singular proporcionado en cada asentamiento rural con la realización de unas
280 Jornadas Cucalambeanas de base y de talleres de repentismo,
convirtiéndose en parte indisoluble de la idiosincrasia de los habitantes de
este territorio.
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Hoy el resultado en la enseñanza de la reina de los campos de Cuba,
estrofa de diez versos octosílabos y por lo general de rimas consonantes o
perfectas, marca su impronta en nombres como Liliana Rodríguez, Premio de
Repentismo Joven de Cuba, y Premio Iberoamericano de Décima Escrita El
Cucalambé 2013, casualidad que muestra a una joven que se desliza con
singularidad en el dominio de las dos vertientes de la décima, para hacer honor
a la cultura y al valor patrimonial tunero, que se erige en un sello: la
espiritualidad del campesinado.
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