sábado, 23 de abril de 2016

Día para el idioma, los libros y el derecho de autor



El idioma es uno de los elementos simbólicos y culturales que diferencia al hombre, un código socialmente establecido con múltiples herencias de expresión a través de la cultura de los pueblos. Su defensa se extiende hoy por todo el planeta por resultar el castellano la segunda lengua más importante del mundo y la tercera más hablada, con 400 millones de habitantes nativos. Los países hispanohablantes en 1920 fueron los primeros que eligieron el 23 de abril para festejar anualmente el Día del Idioma, pues en esa fecha de 1616 falleció

en Madrid, el Príncipe de los Ingenios, Don Miguel de Cervantes Saavedra.
Posteriormente en 1995, la Conferencia General de la UNESCO acordó también adoptar este día como el Día Mundial del Libro y de los Derechos de Autor, teniendo en cuenta que igual fecha dejaron de existir dos grandes más de la literatura universal William Shakespeare y el Inca Garcilaso de la Vega, este último cronista peruano y uno de los mejores prosistas del renacimiento hispánico.
Por ello en todo mundo se celebra la efeméride en honor a esas insignes figuras de la literatura universal, una fecha que en Cuba tiene como motivo la celebración de recitales poéticos, lecturas públicas, expo-ventas de títulos de diferentes géneros para la promoción de la lectura.
En homenaje al Príncipe de los Ingenios en el orbe se instituyó desde 1976 el premio Miguel de Cervantes, un lauro que para orgullo de los cubanos han alcanzado esa distinción dos literatos de la Isla: Alejo Carpentier (1977) y Dulce María Loynaz (1992).
Este día resulta esencial para compartir la sabiduría y el conocimiento a partir de la lectura, una habilidad que facilita la capacidad de expresión.
Es sin dudas, una opción para la superación cultural de las sociedades, y una reflexión esencial para todos, como bien expresara en un mensaje Irina Bokova, directora General de la UNESCO: «los libros representan la capacidad humana de evocar mundos reales e imaginarios y expresarlos en palabras de entendimiento, diálogo y tolerancia. Son símbolos de esperanza y de diálogo que debemos valorar y defender».

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