lunes, 23 de noviembre de 2015

Biblioteca José Martí, cultivadora de conocimientos



Una de las vías de aprehensión del conocimiento y la realidad, es la lectura, una habilidad que facilita la capacidad de expresión y aferra la vida a una opción para que todos los días se detenga el tiempo entre la letra impresa y el conocimiento. En Las Tunas la primera biblioteca pública oficial se fundó el 28 de enero de 1951 con el nombre de José Martí, bajo la dirección de Pedro Osmundo Verdecie Pérez, que en varias ocasiones cambió de local hasta que el 28 de enero de 1963 se trasladó al actual local que hoy ocupa esta sede cultural.

El proceso de formación integral y la superación cultural de la nueva sociedad se fomenta en más de una decena de instituciones de este tipo, que tiene su más lejano antecedente en la biblioteca provincial José Martí, un lugar acogedor en la calle Vicente García, en el centro histórico de esta ciudad.

El local distinguido por la sencillez decorativa en sus elementos arquitectónicos eclécticos en su fachada principal sobresale por imponentes columnas, capiteles y arcos, que le imprimen elegancia y majestuosidad a este recinto cultural, no solo reducido al ámbito de la lectura, sino que amplía su labor de promoción cultural, incluyendo el arte y la ciencia.

A lo largo de los años la importancia social de la biblioteca ha aumentado, y la José Martí actualmente cuenta con un amplio fondo con clásicos de la literatura volúmenes especializados y hasta con las más actuales propuestas de las editoriales cubanas, ofreciendo servicios de excelencias que le han permitido en este año atender en lo que va de año a más de dos mil 460 usuarios.

Tesorera del patrimonio documental de la nación, la institución tunera, garantiza una amplia vida cultural en su instalación, centros educacionales y en las comunidades, además de ser rectora del trabajo metodológico y de asesoramiento a las siete bibliotecas municipales y cuatro sucursales existentes en la provincia.

Son actividades recurrentes en la Biblioteca, las exposiciones de artes plásticas, las de sus fondos bibliográficos, las presentaciones de libros y revistas, actividades para niños, juegos didácticos, talleres literarios, así como la labor de promoción de proyectos de apreciación literaria como Con todos y para el bien de todos, Los niños ríen y se abren los cielo y Palma sola.

Su experiencia en la promoción cultural se sostiene a partir de experiencias como la creación de un sistema de concursos para estimular la escritura,  el disfrute de la lectura y el gusto por los libros en las más jóvenes generaciones, en cada visita al centro que se convierte en una experiencia agradable.


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