De esta enfermedad solo sabía por lo que leía en ocasiones, hasta que durante mi embrazo supe en sí los efectos de esta enfermedad, que cambia obligatoriamente estilos y hábitos, para mejorar la calidad de vida de quienes la padecen. La comida chatarra, el sedentarismo, la obesidad y el consumo de sustancia
nocivas, influyen de manera drástica en la aparición de un grupo de
enfermedades metabólicas como la Diabettis Mellitus, una afección degenerativa
que provoca graves afectaciones en diversos órganos internos.
A pesar de que la historia genética marca la herencia o el desarrollo de la
Diabetes, el ser humano propicia su evolución y depende en gran medida de los
factores de riesgo relacionados con el estilo de vida, tales como sobrepeso,
hipertensión arterial, aumento o descensos bruscos de peso corporal, sobrepasar
los 45 años de edad, antecedentes familiares de diabetes, diabetes en el
embarazo o colesterol elevado.
La mayor parte de los alimentos que comemos se convierten en glucosa,
y el páncreas, uno de los órganos cerca del estómago, produce una hormona
llamada insulina para ayudar al cuerpo a utilizar la glucosa. En las
personas con diabetes, no hay producción suficiente de insulina o ésta no
funciona bien, lo cual trae como consecuencia, que el contenido de azúcar o
glucosa en la sangre aumente.
Diagnosticar tempranamente y tratar a las persona con tendencia a la
diabetes, puede reducir
las probabilidades de que una persona contraiga diabetes así como extender el
debut de esta patología en personas que como factor hereditario pueden llegar a
padecerla, modificando sus comportamientos.
La Organización Mundial de la Salud ratifica que la carga de morbilidad de
la diabetes está aumentando en todo el mundo, y en particular en los países en
desarrollo, de ahí la importancia de acciones necesarias y coordinadas para
reducir la exposición a los factores de riesgo conocidos de la diabetes, una
afección que en el mundo suma más de 347 millones de personas, y con una
prevalencia que la ubica para el año 2030 como la séptima causa mundial
de muerte.
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