La presencia física de José Martí jamás estuvo en este
enclave de la geografía cubana, pero su figura, seres queridos y compañeros de
lucha guardan estrechos lazos con los tuneros.
Al evocarlo, se relaciona un nombre que no se puede
olvidar, José Francisco Martí Zayas Bázan, Ismaelillo, (hijo del apóstol de la
libertad), quién con sólo 19 años marcó su presencia como artillero en la última
toma de Las Tunas en agosto de 1897, bajo el mando del Mayor General Calixto
García Iñiguez. También durante la última toma de Las Tunas, murió combatiendo el Teniente Coronel Ángel de la Guardia Bello, único testigo presencial de la muerte de Martí en Dos Ríos, el 19 de mayo de 1895. Por eso los tuneros lo recuerdan diariamente ante una tarja ubicada en el corazón de esta ciudad del oriente cubano.
Fue el de la tunera Mercedes Varona González, primera mujer caída en combate en Cuba por la causa independentista, el nombre escogido por Martí para nominar el primer Club Femenino del Partido Revolucionario Cubano, fundado en 1892 en Estados Unidos.
Tras la muerte en 1888, del Mayor General Vicente García González, insigne patriota de las Tunas que llegó a ser presidente de la República en Armas, Martí escribió: "Allá en un asilo infeliz, moría tiempos hace, en la rústica cama, un general de Cuba, rodeado de sus hijos de armas, y se alzó sobre el codo moribundo, no para hablarles de los intereses de la tierra, sino para legarles, como el último rayo de sus ojos, la obligación de pelear por su pueblo hasta verlo libre...
Orgullo de los citadinos lo constituye una singular plaza martiana, única de su tipo en el país, donde funcionan un reloj y un calendario solares. Allí se congregan los tuneros para testimoniar su homenaje a José Martí con ofrendas florales y actos culturales en los que se recuerda la obra del Apóstol.
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