Más
de 100 libros editados hoy marcan su labor, esa que la vuelve cómplice, que la
conduce a la vida, para marcar una terminación final con calidad. Así es el
trabajo que por unos 23 años ha desarrollado en la Editorial Sanlope, Mirtha
Beatón editora fundadora de esa institución.
Un libro no
puede sobreestimarse, es fuente de creatividad, es el alma envuelta, un
pensamiento con alto vuelo en la prosa, en la narrativa o en la más estricta
investigación. Se conoce un libro, gusta, pero se desconoce que ese volumen no
solo es un desprendimiento interior del autor sino del editor, una pieza clave
en el éxito o en la desdicha de una obra que hoy motiva a la lectura.
“Antes de 1991
no existía en Las Tunas una tradición de publicación en la provincia de Las
Tunas salvo algunos intentos de algunos escritores que había ganado premios
como Renael González, y Guillermo Vidal así como también de Carlos Tamayo desde
su experiencia como editor desde la Universidad”, así rememora los inicios de
las producciones literarias en Las Tunas esta incansable lectora por
consentimiento.
“Por esa época
se hacían libros de Gilberto E. Rodríguez, Migajas
de tu, plegables promocionales como la colección Tu mirada, se publicaba el
boletín El Hormigo. Se hacía un trabajo pero no era sistemático, no satisfacía
para nada las necesidades que tenía los escritores, quienes tenían las gavetas
llenas de libros pero no eran conocidos por la población”. Rememora Mirtha los
inicios de la aparición en Cuba en la década de los 90 del pasado siglo de las
editoriales territoriales en todas las provincias a lo largo de la Isla.
“Cuando aparecen
las editoriales territoriales se abre una puerta nueva para los autores de Las
Tunas, el primer texto que se publica fue Galería una texto de poesía de
Antonio Gutiérrez, bajo el sello editorial de Sanlope, un logotipo que bien
hace referencia al valor patrimonial del territorio, que desde el 31 de marzo
de 1991 tuvo por vez primera una editorial para beneficiar a los escritores de
la provincia".
Este anagrama
del apellido Nápoles, es un homenaje a Manuel Agustín Nápoles Fajardo, hermano
mayor de El Cucalambé, quien fue el autor del primer libro publicado de Las
Tunas, Flores del Alma, en 1876; además tiene el merito histórico de ser el
primer editor de José Martí, con los poemas incluidos en el Álbum de
Guanabacoa, que escribiera el apóstol de Cuba a Micaela Nim. Es un homenaje,
una forma de ennoblecer y valorar a esta figura que marca el inicio del libro
en este territorio.
Bajo esa idea
surgen las colecciones que identifican hoy los textos de la editorial como
Cabaniguán, seudónimo empleado para firmarse Rafael sayas, así sucedió con
Montaraz, que identificó a Gilberto E. Rodríguez, Caballo Blanco, que se remite
a una leyenda urbana muy popular arraigada en el territorio, Vinagrito, que
rinde honores a Teresita Fernández, entre otras.
"Desde sus
inicios la Editorial Sanlope no solo estuvo abierta a las publicaciones de los
escritores del territorio sino a autores que quisieron prestigiar el sello de
esta casa, al ofrecer sus obras originales inéditas como Dora Alonso, Teresita
Fernández, Jesús Orta Ruiz, Raúl Ferer, Adolfo Martí, Nieves Rodríguez, y Waldo
González, entre otros.
"En Sanlope hemos
tenido libros muy importantes por su cognotación como la investigación Portus
Patris, de un colectivo de autores, que hoy podemos citar como best seller por
la gran aceptación que tuvieron entre el público al salir a la venta, en ese
caso también podemos incluir los volúmenes
Los epigramas malditos, de Carlos Esquivel, Cartas a dios desde el
infiernos, de Reyna Esperanza Cruz, y algunas investigaciones de Carlos Tamayo.
"Antes los planes
editoriales eran más ambicioso, más abarcadores, al principio no teníamos
herramientas ni experiencia como editores,
hoy las limitaciones afectan a las editoriales, no obstante en el
trabajo hemos ganado en calidad, los planes se basan en criterios fundamentados
y ello propicia que los libros tengan mayor calidad desde el contenido como
desde el diseño, tenemos hoy propuestas muy novedosas.
"Hoy escritores
que nunca antes habían podido publicar un libro tienen hasta tres o más títulos
publicados. La editorial tiene el mérito que tres de sus libros han sido
galardonados con el premio La puerta de papel, que otorga el instituto cubano
del libro a los mejores libros publicados en el año, ese mérito del cual yo me
siento orgullosa pues porque todos han sido editados por mí: Marilin Pérez, Carlos
Tamayo y Antonio Borrego.
Sobre el trabajo del editor
"El trabajo del
editor es bonito, lleva mucha paciencia, dedicación, es un trabajo que se hace
con mucha admiración para que todo salga bien, no se trata de imponer el
criterio, se trata de trabajar con el escritor de convencerlo porque algo no
puede ir al libro. Es responsabilidad del editor desde que cae en sus manos
hasta que se le da la terminación en la imprenta, el trabajo no solo es velar
por el contenido sino también de velar por la promoción del texto, de su venta
para que llegue al público que es el objetivo final.
"Da mucho placer
cuando se edita un libro y el autor queda plenamente complacido y además
reconoce el esfuerzo del editor. El trabajo del editor es un poco anónimo pero
es gratificante.
"En este año
tengo cinco libros para editar y estoy contenta porque tengo textos de poesía,
literatura infantil y estoy haciendo mi mayor esfuerzo para que tengan la mayor
calidad como lo merecen los autores y el público para una literatura de calidad.
"Todos este período
el libro ha sido el objetivo de mi labor, los libros los siento como a mis
hijos, he estado siempre enamorada de cada texto que edito, pero siempre hay
uno que te marca y en mi caso así paso con el volumen Se permuta esta casa, de
Guillermo Vidal, disfrute mucho haciendo mi labor de editora. La amistad que
desde esa época me unió a Guillermo, su estilo, su forma, la manera en que lo
trabajamos, fue un libro que me dejó totalmente satisfecha, por ello fue el que
más me marcó en esta labor".
Como editora
Mirtha ha sido reconocida por su labor y además con la entrega de premios que
antes entregaba la editorial, por esa mismo texto de Guillermo Vidal y de la
Sociedad Cultural José Martí por el libro Filosofía política en José Martí, de
Ada Bertha Frometa, y Alberto Velázquez”.
El oficio de
editor ha sido considerado un trabajo especialmente instrumental, mas es una
labor propia de un experto. El proceso editorial define una obra original
producida por un autor, es quien convierte al texto en una obra de convergencia
amplia de saberes y de utilidad, de ser leído por el público, quien determina
el valor propio del esfuerzo.
Filóloga de
profesión Mirtha ha compartido 23 años con esta profesión que la hace mejor
persona, como bien lo define ella “esta profesión me complace, me hace sentir
investigadora, soy y formo parte de la
creación, la producción, y del consumo final del libro”.
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