miércoles, 6 de mayo de 2015

Onilé un encuentro con la danza y el folklore



La provincia de Las Tunas sobresale hoy en el panorama de la danza en el país , por la compañía profesional que cultiva y fomenta los bailes del campesinado, de procedencia haitiana y africana en este territorio, Onilé, fundada en 1995. 

Corría el año 1995, y en su cuarto mes Lidia Josefina Taylor Jonson, por ese entonces  metodóloga de la Casa de la Cultura Tomasa Varona, recibió la propuesta de crear un grupo folclórico, que recogiera el acervo cultural del territorio en esas dos expresiones: la danza y la música.


Su nombre Onilé hace alusión en la cultura yoruba el dueño o espíritu de la tierra y es la única que sigue esa línea danzaría en la provincia. 

Dueña de un prestigio en la Isla, por el rescate de las tradiciones culturales esta institución cuenta con una sede permanente: el Cabildo San Pedro de Lucumí, en él cobran vida las deidades del panteón Yoruba.

Tumbadoras, cuerdas  e instrumentos de viento, para refuerzan la presencia campesina en sus cantos y bailes, en el músicos y bailarines dan vida a la experiencia profesional de Onilé.

Entre sus obras se incluye un amplio repertorio que incluye piezas como Los Brujos, Las Raíces, la Noche Cubana, Lamento Esclavo,  El poder del mar y de la tierra y el bien conocido A palo limpio, entre otras coreografías impresionante en las que se destacan mitos y costumbres de los negros esclavos, como el alza de una mesa por un bailarín con los dientes.

Su  huella imperecedera ha estado presente en confrontaciones internacionales de su tipo realizadas en Cuba, como los Festivales de Cultura Africana de Trinidad, y el Festival del Caribe en Santiago de Cuba.

A la compañía folclórica Onilé, de Las Tunas, cabe el honor del rescate de una cultura marginal, desconocida por su origen religioso, hoy recibida como un elemento más de nuestra cubanía, gracias al poder  de la música y la danza.

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