Peregrinar hasta llegar al monolito
que guarda las cenizas del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, en el
cementerio patrimonial de Santa Ifigenia, en la ciudad de Santiago de Cuba, era más que un compromiso era volver a un encuentro necesario con este gran hombre de talla universal.
Allí cercano al Mausoleo de José Martí, custodiado por rosas, sus restos en una inmensa piedra convocan al homenaje eterno a este líder que hoy convida la visita de nacionales y extranjeros al cementerio Santa Ifigenia, joya del arte funerario en Cuba,
fue inaugurado en
febrero de 1868, y constituye el tercer camposanto oficialmente utilizado en
Cuba, luego de los cementerios de Espada y Colón, ubicados en La Habana.
Más de ocho mil tumbas y otras construcciones luctuosas se incluyen en este
lugar, declarado Monumento Nacional desde 1979, por el rico arsenal
histórico, arquitectónico y cultural que atesora, además de conservarse en los
registros de la necrópolis nombres de hombres muy ligados a la historia de
lucha de Cuba como Frank País, Josué
País, Otto Parellada, Tony Alomá y Pepito Tey entre otros.
En el Cementerio Santa Ifigenia se erigen auténticos monumentos esculpidos
en granito y mármol a la memoria de ilustres mujeres, entre ellas Mariana
Grajales, María Cabrales, y Elvira Cape, así como también reposan los restos de personalidades como
Emilio Bacardí, alcalde prestigioso de esa ciudad; Antormachi, médico de
Napoleón Bonaparte; Pepe Sánchez, iniciador del bolero en Cuba; Antonio Benito
Fernández y Ñico Saquito, famoso compositor y cantante santiaguero.
Esta necrópolis incluye un Mausoleo a José Martí, inaugurado el 30 de
junio de MIL 951, donde descansan las cenizas del Héroe Nacional de Cuba sobre
un puñado de tierra de cada país de América, en un monumento de 34 metros de
altura diseñado con una arquitectura románica, sobria y elegante, dispuesta en
forma tal que por el lucernario se filtran los rayos del sol hacia la cripta.
La necrópolis Santa
Ifigenia en la Ciudad Héroe, es considerada también un museo a cielo abierto,
pues no solo guarda historia, sino monumentalidad y fastuosidad, en verdaderas
obras de arte de granito, mármol y otros, que hacen de este, un lugar de
obligatoria referencia para visitantes y foráneos.
Santa Ifigenia se
distingue como una ciudad esculpida con sellos del neoclasicismo, el Art decó, y
el estilo ecléctico para brindar una visión renovadora dentro del recinto, con
una versión local, sencilla, sobria y elegante en la cual se vislumbran delicadas
imágenes de ángeles y madonnas, recrean sentimientos que denotan tristezas,
dolor, compasión y resignación.
Ángel Augier, destacado
periodista e investigador cubano, destacó en una crítica de arte sobre la
necrópolis santiaguera que ella representa un gran jardín, de mármol y granito.
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