miércoles, 13 de enero de 2016

Una joya arquitectónica de la enseñanza cubana



Un centro pedagógico emblemático en Cuba: la antigua Escuela Normal para Maestros de Oriente, ubicada en Santiago de Cuba, es una joya histórica y arquitectónica de alto valor.Esta institución con 100 años de creada, conocida como la “Normal” contó siempre con un claustro de profesores sobresalientes que ocupan un sitio en la historia de la pedagogía cubana.Nombres inolvidables de la Patria aparecen en la historia de la Escuela Normal para Maestros de Oriente entre ellos Octaviano Portuondo, Floro Pérez, Frank País García, José (Pepito) Tey Saint-Blancard, Alberto Fernández Montes de Oca, y Rubén Bravo.


Su diseño arquitectónico, con un acentuado estilo neocolonial, está inspirado en los modelos arquitectónicos de las escuelas norteamericanas, con plante en forma de H y dos niveles: el primero para aulas, y el segundo, inicialmente, a patio cubierto, que posteriormente se transformó en salones para aulas.
Construida en la conocida Loma de Santa Ana, con piedra traída de Río Grande, confeccionada en grandes bloques escuadrados que le imprimen a la fachada una textura singular; las maderas de puertas, ventanas, escaleras del vestíbulo y techo son de ciprés, diferentes tipos de pinos, cedro, sabicú.
La carpintería de los dos niveles es sencilla y funcional, en el primero es de pivotes verticales con paños de cristal; en el segundo presenta una secuencia de arcos de medio punto con lucetas fijas y batientes encristalados.
Los planos de cubierta inclinada en los corredores y el segundo nivel están conformados a partir de tejas francesas que le imprimen una roja coloración a esta sobria edificación. Otros cuerpos del edificio fueron creados para dar respuestas al incremento de matrículas y áreas deportivas.

La ejecución del inmueble tardó dos años para su construcción bajo la supervisión del proyectista principal el ingeniero W. M. Black, del Cuerpo de Ingenieros de las tropas norteamericanas.
En 1902 se inauguró la escuela No. 1 modelo que funcionó hasta principios de 1916, cuando el local fue reparado y adaptado para Escuela Normal para Maestros de Oriente, centro que tuvo su apertura el 10 de octubre de 1916.
Luego de una restauración en 1998, dirigida por el arquitecto Pedro Saro Romero, de la Oficina del Conservador de la Ciudad, el centro fue declarado Monumento Nacional, y posteriormente la escuela se convirtió, hasta la fecha, en la Escuela Pedagógica Floro Regino Pérez Díaz, igualmente para la formación maestros primarios.

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