«Más que atracción por el
arte la abstracción me escogió a mí», fue un criterio oportuno cuando se
autodefinió pues a pesar de ser pintor y escritor, su vida de artífice ha
estado marcado por el arte abstracto.
«El arte es un camino
abierto, tenemos la posibilidad de conquistar un espacio físico y mental. Desde
niño logré una atracción por las reproducciones de pinturas abstractas, las
entendía menos, me parecían más misteriosas, quizás sea esa la causa que me inclinó
por esta manifestación artística», destacó el Premio Nacional de Artes Plástica
2015, Pedro de Oraá, un creador irrepetible que nunca ha dejado de
experimentar.
«Cuando empecé hacer mis
primeros grabados practiqué un tiempo la figuración pero no tenía conciencia
que de que estaba haciendo una actividad profesional, decidí así expresarme
desde 1954, de ahí viene mi vínculo que bien fije hasta estos días».
Trato de mostrar a los
medios existentes el arte cubano en el mercado internacional el prestigio que
han alcanzado las artes plásticas cubanas.
Este creador, nacido en La
Habana en 1931, descansa su inspiración en otras expresiones de las artes
plásticas y disfruta de algunas pausas necesarias para no caer en la rutina,
«me da placer hacer un paisaje, un retrato, una naturaleza muerta, refrescan y
cuando vuelves me impregno de nuevas ideas».
Una huella suya
«Trabajé un tiempo con
Dolores Soldevilla Nieto, ella me dio mucho de su saber, juntos fundamos la
Galería de Arte Color Luz. Allí se fomentó el grupo de creación «Diez Pintores
Concretos» que después formaron parte de personalidades relevantes de la
cultura plástica cubana entre ellos Luis Darío Martínez Pedro, José María
Mijares Fernández y Wifredo Arrcay, entre otros».
La repercusión del arte
abstracto en Cuba que se visualizó mediante el grupo de los Diez Pintores
Concretos mostró la acción colectiva del arte geométrico en la isla, y continuó
siendo perceptible en creadores como Pedro de Oraá, un hombre que entrega sus
ideas con la espontaneidad propia con la que plasma este poeta del lienzo.
«El artista hace una
interpretación de su interior, también de la realidad de su entorno, refleja
estados de ánimo, nosotros no queremos representar eso que todo los días nos
rodea, sino interpretar lo que la naturaleza tiene más allá, lo que el universo
oculta, esta es una de las razones de mi temática plástica», refiere este
hombre que hoy alcanza una madures plena en su creación Maestro entre maestros.
«Hago una interpretación
nueva, la ciencia lo hace también y penetra en el universo y en el microcosmo
igual, hemos llegado a penetrar en lo infinito que tampoco se ve, entonces
quizás eso es lo que tratamos de hacer los pintores abstractos: pintar aquello
que es invisible, aquello que no se ve.
Pedro de Oraá continúa
inmerso en los lienzos y las figuras geométricas, impulsa la pasión por el
género abstracto, ese que lo hacen un invitado especial en esta ciudad con
miradas especiales por el arte abstracto, una manifestación que llama la
atención y visualiza a un grupo de creadores del país con el objetivo de
develar sus espacios creativos.
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