La escultura constituye un
signo de identidad de esta ciudad, una manifestación que hace años comenzó a
germinar en la urbe tras la realización del tercer Encuentro Nacional de
Escultores, y desde entonces, creadores de este arte en el país donan
colecciones y emplazan obras de disímiles formatos, con el fin de perpetuar las
corrientes del movimiento.
En 1977 se terminó La
Fuente de las Antillas, obra símbolo de la ciudad y una de las esculturas más
prestigiosas de Rita Longa, célebre figura de las artes plásticas cubanas.
El conjunto, sometido a un
proceso de restauración, se ubica en una de las más céntricas arterias de la
ciudad, y está basada en una leyenda contada por el cronista de Cristóbal
Colón, Pedro de Anglería, referida al descubrimiento de la Mayor de las Antillas.
Obras como Trovador
Campesino, de Angel Iñigo, Monumento al Trabajo, de José A. Díaz Peláez,
Liberación, de Manuel Chiong, Columna Taína, de Pedro Vega y Cabezas
Contrapuestas, de José Fuentes, le dan vida a una manifestación que mantiene el
esplendor de las Artes Plásticas en la vida social de Las Tunas con nuevos
espacios en las comunidades, plazas e instituciones, en un mapa visual de
corrientes y la multiplicidad de estéticas conceptuales.
Barro, ferrocemento,
alambrón y metal soldado, denotan la diversidad de estilos consecuentes con las
piezas de este arte volumétrico, un patrimonio escultórico que combina varias
líneas de trabajo entre lo moderno y lo más tradicional.
La escultura se hace dueña
de un paisaje que es suyo por bondad, un concepto artístico contemporáneo
impregnado de distintos conceptos creativos y soportes matéricos, que enriquece
el patrimonio artístico del país.
La escultura en Las Tunas
forma parte de los principales elementos del urbanismo de esta ciudad, en
memoria retrospectiva y contemporánea de valores culturales que definen y
engalanan el título de Capital de la Escultura en Cuba.
No hay comentarios:
Publicar un comentario