La décima
acrecienta su expresión hoy en el universo literario. Muchos son los
autores que la hacen necesaria en su creación y en ello apuesta Diusmel
Machado, un escritor que reside en Guáimaro y trabaja en la Casa de
Cultura Luz Palomares García.
Algunos
autores ven en su desarrollo una forma más de entregar parte de la identidad de
Cuba. «Yo estoy convencido por mi experiencia que los infantes y la
décima son una posibilidad tremenda para la creación, la educación, y la
formación de nuestros lectores del futuro.
«Los
niños, que siempre tienen un imaginario muy vivo, cambiante, creciente, deben
ser alimentados, tenemos a mano la posibilidad de acercarnos a ese mundo, por
sus cualidades musicales, sus especialidades, dotes de ritmos, de fácil
memorización, porque nos es entrañable y debe hacerse desde la infancia misma»,
subraya Diusmel quien trabaja en varios proyectos literarios como Sueño de
trapos, décimas para niños.
«Escribir
décima dirigida a los infantes a mí en lo particular me agrada mucho, y a
muchos autores del país, es una forma estrófica muy agradable y picara, criolla
y muy cubana. Es una modalidad que también puede emplearse para los
infantes con una infinidad de variantes y posibilidades.
«Los
niños acogen a la décima con una facilidad extraordinaria, como escritor vivo a
diario esa experiencia hacia esta estrofa y sus posibilidades de comunicarse.
Poder entrar al mundo de la memoria infantil y ser uno de sus recuerdos
preciados»
«Desde
mi trabajo con los niños los acerco a la producción literaria de autores como
Randol Machado, Nixa Núñez Valdés y Miriam Estrada, como un compromiso con la
cultura, una forma de que los niños asuman la cultura grande, la cubana, la
universal desde la cercanía de sus propios amigos y compañeros de terruño.
«Actualmente
hay un saludable movimiento literario, una notable tradición de la décima, que
en Guáimaro logra un detalle muy especial por la tradición y el compromiso con
la décima, por suerte con la existencia de varios escritores para niños, con
nuevas propuestas editoriales todos los años», refiere el autor de Apuntes
escolar, un decimario que verá la luz próximamente por la editorial
Mecenas, de la provincia de Cienfuegos.
Diusmel
Machado, merecedor del Premio Iberoamericano Cucalambé 2010 por El libro
de los desterrados, acumula entre sus numerosos reconocimientos el primer
premio en el concurso internacional de décimas de Tuineje (2005); primer premio del concurso de glosas Canto alrededor del
punto (2006); Décima Joven de Cuba (1997, 2002 y 2008); Dador (2009) y Premio
de la Ciudad de Camagüey (2010).
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