Fidel Castro es un hombre
dueño de un pueblo y eso se ratifica hoy luego de conocer de su desaparición
física. Cuba llora y Latinoamérica se une al dolor.
Este gran estadista,
Doctor en Derecho Civil, se multiplica entre hombres, mujeres, jóvenes, niños,
su pueblo, ese que todos los días patentiza su compromiso con la historia que
él construyó hace más de 50 años.
Sus aportes a la
humanidad, a la historia universal, imponen un alto en su vida, protagonista de
disímiles hechos históricos al frente de la acción militar y la lucha
revolucionaria de las fuerzas rebeldes y del Movimiento 26 de Julio, o desde la
formación del pensamiento revolucionario, de una cultural de paz, de un pueblo
culto, de una Patria libre y por siempre
soberana.
Fidel implica vida,
guerrillero eterno, comandante y amigo. Un hombre que llevaba consigo el empeño
por el mejoramiento humano con profundo sentido ético, internacionalista,
soldado de ideas.
Un hombre cuyo
legado trasciende las fronteras de Cuba, se abre al mundo, deja una huella que
cala al interior de las distintas naciones, amigo entrañable de múltiples
personalidades, impulsor de alternativas para frenar la desaparición de la
especie humana, acompañante eterno de la solidaridad y la paz.
Hablamos de un hombre,
Fidel, a pesar de tu partida seguiremos junto a ti en tribunas, marchas y
procesos, defenderemos tu legado, tus visiones y empeños, en Cuba quedará por
siempre su huella, su ejemplo se multiplicará entre muchos por su grandeza,
pues de seguro seremos incontables Fidel.
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